LA CRÍTICA EXCESIVA A LOS NIÑOS Y SUS CONSECUENCIAS

12.10.2014 18:27


En muchas ocasiones escucho abrumada muy malas palabras de padres a hijos o criticas excesivas, no críticas constructivas y correctamente argumentadas para que los niños puedan saber y comprender qué es lo que se espera realmente de ellos, qué deben corregir y sobre todo, porqué y cómo deben hacerlo. Los niños necesitan saber cuáles son las consecuencias de sus acciones, tanto a corto como a largo plazo,  para que puedan valorar y recapacitar sobre sus propias acciones y comportamientos.

Pasarte el día gritando a tu hijo o hija por aquello que ha hecho mal una y otra vez, no solo reforzará sus malas conductas sino que además afectará de manera significativa en su autoncepto y autoestima. Muchos padres, sin mala fe,  tienden a ser un tanto agresivos expresivamente a la hora de comunicarse con sus hijos, recriminandole continuamente sus resultados académicos, sus malas conductas... pero, ¿has probado en centrarte en las buenas acciones o comportamientos de tus hijos? ¿le has hecho saber lo orgulloso o orgullosa que estás de él o ella por algún motivo que nunca le haces saber?... Ellos necesitan escuchar aquello que hacen bien por parte de las personas que les quieren, necesitan saber que confías en que pueden ser capaces de mejorar, que pueden conseguir lo que se propongan y comportarse como se espera de ellos.

Los niños ante las continuas críticas de sus padres tienden a pensar que si sus padres que le quieren, piensan eso de ellos será porque es verdad, una vez los niños crean su propio autoconcepto negativo por opiniones ajenas a las suyas, cuesta mucho que desarrollen la seguridad en si mismos y una buena autoestima. Además, aprenderán a juzgar y a criticar a los demás por lo que parecen y no por lo que realmente son cosa que le llevará a tener muchos conflictos sociales en los distintos ámbitos de la vida a medida que se vaya haciendo adulto.  No lo olvides, TODO SUCEDE POR UNA RAZÓN.  

La huellas de la infancia son las que permanecen el resto de la vida, por ello trabajar en unas bases sólidas de confianza, seguridad y amor propio asegurarán en gran medida que sean niños seguros y felices. 

Si piensas que tu hijo es un desastre porque siempre está despistado, no hace los deberes, lleva notitas del profesor a casa continuamente, se comporta de mala manera... párate a pensar a qué puede ser debido. Todo tiene un porqué, lo complicado es averiguar cuál. Habla con tu hijo, comunicate con él, no eleves la voz, utiliza una tono de voz que le de calma y seguridad no miedo o rechazo. Trata de averiguar si asiste con ganas al colegio, si le gusta su profesor, pregúntale que tal le ha ido el día, que te hable de sus amigos o amigas...Nadie conoce mejor a tus hijos que tú, por lo que comunicarte con ellos te dará pistas sobre qué puede estar funcionando mal en su vida, puede que algo le preocupe y le mantenga distraído y no sepa como hablar de ello. Habla con sus profesores, que te den su opinión y puntos de vista.  Hazle saber  a tu hijo lo importante que es para ti y refuerza todo lo bueno que veas en él para que estas conductas se incrementen, una palabra amable, un abrazo, un "que bien lo has hecho campeón" cuesta poco y es tremendamente beneficioso para el correcto desarrollo de los niños.

No te sientas culpable si crees que no estás siendo un buen padre o madre porque a veces pierdas los nervios, nadie viene con un manual de cómo educar a los hijos bajo el brazo,  pero si que puedes pedir disculpas cuando esto ocurra y dar argumentos sobre aquello que te molestó de tus hijos de una manera apropiada para que te puedan comprender. En determinadas edades, sobre todo cuando se acercan a la adolescencia, este tipo de cosas enfrían las relaciones familiares, esto sucede porque la adolescencia es una etapa en la que los niños están muy susceptibles, se sienten incomprendidos y se producen muchos conflictos en sus vidas por todos los cambios que ocurren en su interior y a su alrededor; suelen romperse muchos lazos entre padres e hijos en esta etapa, y que permanecen en etapas posteriores, si no se aprende a manejar situaciones y rectificar cuando perdemos los nervios. Empatiza con tus hijos, piensa que tu también has sido niño, deja los impulsos a un lado, piensa cómo actuar ante determinadas situaciones, pero siempre hazlo de una manera educativa, sin malas palabras ni críticas que no sean constructivas; tu vida familiar será mucho más pacífica y tus hijos poco a poco irán cambiado sus malos hábitos, comportamientos o actitudes por otros que saben que recibirán palabras de afecto, alabanza y orgullo,  pues es lo que a todos realmente nos gusta.

El mejor consejo que puedo darte es que trates a tu hijo tal y como te gustaría que fuese. Esto se conoce como EFECTO PIGMALIÓN. Se trata de un suceso que describe como la creencia que tiene una persona sobre otra puede influir en el rendimiento de esta última. Con esto quiero decir que existe una relación directa entre las expectativas que hay sobre un sujeto y el rendimiento que se obtiene sobre este y esto ocurre en los tres principales ámbitos de la vida: el social, laboral y educativo. CREE Y SE CREARÁ.