REFLEXIÓN SOBRE LOS ESTILOS DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE

16.09.2014 10:16


Un estilo de enseñanza se constituye a través del todo de un maestro, es decir, el estilo de enseñanza de un maestro se constituye por la personalidad del mismo, así como sus creencias, ideologías, costumbres... incluyendo también y como algo muy importante, sus gestos, expresiones, su voz e incluso su manera de vestir, sin olvidar claro está, su sabiduría. Todo aquello que está alrededor del maestro y que ha influido en su vida componen su estilo, su modo de vivir, todo aquello que durante su vida le ha llevado a ser como es y a creer en lo que cree. Existen muchos tipos de personas y en consecuencia existen muchos estilos de enseñanza, probablemente tantos como personas, teniendo o no, una similitud entre ellos.

Existen muchas teorías que explican gran variedad de estilos de enseñanza, pero no necesariamente los docentes tenemos que centrarnos en ellas. Nosotros debemos ser fieles a lo que creemos que será mejor para que se produzca en nuestros alumnos un aprendizaje significativo. No solo un estilo de enseñanza será el válido. Estoy segura de que existen maestros muy buenos que probablemente no utilizan los mismos métodos, pero sí que me atrevería a asegurar que más o menos su personalidad está estrechamente vinculada y que sienten verdadero amor por la docencia y por los niños, es decir, son maestros por vocación y no por una salida laboral.

Un buen maestro debe sentir adoración por su trabajo, debe estar motivado porque si él lo está, lo estarán sus alumnos. Los niños tienen una gran facilidad para detectar los estados de ánimo de los adultos, cosa que les influye bien sea de forma positiva o negativa, esto es algo que durante nuestra docencia debemos tener diariamente muy presente.

Yo sinceramente creo que lo más importante en un maestro no es su inteligencia, es evidente que un maestro la necesita porque su trabajo la requiere, pero no creo que sea lo más importante. Actualmente y por desgracia, se nos exige un nivel de estudios y preparación para entrar en el mundo laboral, cosa que provoca que se le dé más importancia a los resultados académicos que a lo que realmente cuenta. Probablemente

suene a utópico el creer en una escuela ideal pero yo me siento orgullosa de poder creer en ella.

Para mí una escuela ideal es aquella que se centra en formar personas íntegras, personas con valores, de los que yo como docente y como persona me pueda sentir orgullosa. Yo no creo en un colegio que forme "maquinas" egoístas y con escasez de sentimientos, no creo en los colegios que crean una competencia entre los alumnos porque así lo exige la sociedad. Todo lo que respecta a la educación formal debería ser más humano. Todos los días se deberían trabajar los valores, no solamente el día en el que se celebra el día de la paz, el día del árbol, etc. Educar en valores significa mucho más para mí que pintar palomas de papel un día al año. Solo con el simple hecho de trabajar en aquellos valores que notemos que más escasean en nuestra aula ya habremos hecho mucho por nuestros alumnos. Yo como mi estilo docente conlleva, pararía el trascurso de cualquier materia que esté impartiendo en el momento que notase cualquier conflicto que influyese de forma negativa en la vida de mis alumnos, trabajaría para solucionarlo, para unir a mi grupo, para que sean felices. Al colegio debe irse principalmente a ser feliz y a aprender a ser felices, todo lo demás lo considero como secundario. Si un niño se siente feliz en el aula estará mucho más predispuesto a aprender y el beneficio, así como los aprendizajes que recibirán nuestros alumnos serán de una mayor calidad. Así pues, defenderé siempre ante todo y todos que principalmente hay que educar la emocionalidad.

Cuando tomamos una decisión tan importante como la carrera que queremos estudiar, cuando decidimos estudiar magisterio, deberíamos tener claro que consistirá en mucho más que en una simple decisión. Las personas debemos conocernos profundamente, y ser conscientes de si realmente estamos preparados para ejercer una responsabilidad tan grande, como es la de educar y tener bajo nuestra responsabilidad a unos niños a los que nuestras influencias les van a determinar conductas en la personalidad. Las futuras generaciones dependen de ello, los niños son lo que ven y la sociedad peligra ante la irresponsabilidad de los adultos. Hoy en día la institución en la que más tiempo pasan los niños es en la escuela, es decir, que nosotros los docentes tenemos mucho que influir en la vida de nuestros niños. Por lo que debemos concienciarnos de que la inculcación y ejemplo de los valores en la edad temprana son de vital importancia, pues éstos no son algo que se adquieren llegada la adultez, sino que es un proceso de desarrollo en el que el niño va creciendo íntegramente acogiendo para su propia personalidad aquello que ve

y le enseñan, es decir, la lucha entre las influencias del "ello" y "el superyo" para conformar el "yo" del niño. Así pues, aquello que trasmitimos los docentes determinarán en gran medida lo que el niño será como persona en un futuro.

Una vez ya le he dado la importancia que merece el tema de los valores en la educación y que forma parte del estilo docente por el que apuesto, quiero recalcar que el estilo de enseñanza que yo defenderé se tratará de un estilo en el que yo seré una persona que acompañará a los alumnos en su aprendizaje íntegro, en la vida académica y en la personal en la medida que me sea posible. No será jamás un estilo autoritario porque no creo en absoluto que esa sea la mejor forma de educar, no creo que una persona pueda conseguir sus objetivos a gritos o ganándose el respeto a base del miedo que sienten los niños a sus riñas. Los niños necesitan afecto y eso es lo realmente beneficioso en su formación. Me decanto por una variedad de estilos en el que acogeré para el mío propio un estilo en el que se tendrán en cuenta las opiniones e intereses de los alumnos y su autoevaluación. Un estilo en que se le dará gran importancia a la integración social, por lo que tendrá gran relevancia un ambiente amistoso en el que se tratará de trabajar la amistad, la resolución de conflictos, la empatía y la unión del grupo para fortalecer vínculos y aprender todos de todos. El maestro estará involucrado en las actividades en las que sea posible, no será solamente un mero observador. Se tendrán en cuenta las iniciativas de los alumnos y se fortalecerá y se animará a que desarrollen las inteligencias que los alumnos vayan presentando en su desarrollo, sea cual sea, para evitar así la frustración en algo que les gusta y que seguro es favorable para ellos. Se intentará evitar en la medida de lo posible la clase magistral, y cuando esta sea necesaria porque así lo exija algún contenido, los alumnos serán los principales protagonistas intentándose siempre que sean ellos los que guíen la clase partiendo de lo que ellos ya saben y les gusta, teniendo siempre en cuenta sus limitaciones debido a la edad. Me ganaré el respeto de mis alumnos respetándolos y su afecto con el mío. Sé que no debo olvidar cual es mi sitio pero considero que hacer del aula una gran familia es la mejor manera de educar.

Cuando hablamos de estilos de aprendizaje nos referimos a las preferencias, o mejor dicho facilidades, que tiene una persona para aprender. Es decir, a que estímulos somos más sensibles para que el conocimiento se asimile y se acomode en nuestros esquemas produciéndose en consecuencia un aprendizaje significativo. En el aprendizaje son muchos los factores que influyen en mayor o menor medida en cada persona, así que la mejor respuesta educativa que puede dar un maestro a un alumno es proporcionarle esos estímulos que necesita para aprender de la mejor manera posible. Debemos tener en cuenta

que cada persona es un mundo y lo que a mi puede resultarme muy sencillo de aprender, para otra persona puede ser lo más complicado del mundo. Nuestra tarea docente conlleva analizar como aprende cada uno de nuestros alumnos, y sí, sé que no es sencillo y que muchos piensan que eso es mucho trabajo, pero es nuestro trabajo, no tenemos otro más que enseñar y tenemos que hacerlo lo mejor que podamos. Debemos proporcionar cuestionarios a los alumnos que nos sirvan de indicadores para saber cómo retienen mejor la información que se les proporciona, así como observar a cada uno de ellos, cómo proceden, qué tipo de actividades se les dan mejor, si trabajan mejor solos, en pareja o en grupos o a qué estímulos son más sensibles.

Nuestra motivación y la de las otras personas influyen enormemente en nuestro aprendizaje así como el ambiente del que nos rodeamos. Tres son los estilos básicos de aprendizaje: visual, auditivo y kinestésico, y todos potenciamos uno en mayor medida por lo que hay que tenerlos muy presentes en el aula utilizando metodologías que nos faciliten proporcionar contenidos de varias formas distintas. En el artículo "EL COMPORTAMIENTO SEGUN EL SISTEMA DE REPRESENTACION PREFERIDO" podemos observar algunos ítems que nos ayudarán a identificar el estilo de aprendizaje según el comportamiento del alumno, no tiene porqué ser 100% fiable pero todo instrumento nos puede ser útil para descubrir el modo de aprender más sencillo de nuestros alumnos.

No debemos etiquetar nunca a los alumnos diciendo o pensando que uno es más inteligente que otro, existen varios tipos de inteligencia y cada persona tiene más desarrolladas unas que otras o tiene más oportunidad de mostrarlas. Lo que debemos intentar es no privar a los alumnos de iniciativas, sino mas bien provocarlas para que desarrollen su máximo potencial. Intentar como docentes que desarrollen al máximo todas las inteligencias sin provocar sentimientos de frustración en ninguna de ellas si a los niños les cuesta más desarrollar unas que otras. Como toda persona a todos se nos dan mejor unas materias que otras y no debemos olvidarlo nunca sino entenderlo y actuar en consecuencia, utilizando refuerzos positivos y animándolo a ser capaz, sin malos gestos ni malas palabras. ¿Cuántos de nosotros odiamos alguna asignatura en particular? seguro

que mucha gente. Si nos paramos a pensar detenidamente en cómo era el maestro o la maestra que nos impartía dicha asignatura llegaremos a la conclusión de que su actitud frente a nuestras dificultades, su entusiasmo y motivación o su estilo de enseñanza no era el adecuado para nuestra manera de aprender.  Con esto quiero decir que no debemos ser como esos maestros, debemos conseguir que nuestros alumnos sean capaces de enfrentarse a cualquier obstáculo sin miedo, sintiéndose capaces y sin frustraciones que les vengan de los años que pasaron con nosotros en el colegio.

Es complicado llegar todos los días motivados a clase, todos tenemos problemas que a veces se nos van de las manos y nos controlan nuestro carácter, de ahí la importancia del autocontrol y el saber estar a la hora de trabajar con niños y con el resto del equipo docente. 

Cuando preparemos nuestras sesiones, así como al impartir las clases, debemos intentar pensar como un niño, la capacidad de atención de un niño es de pocos minutos, y la capacidad de aburrimiento también, por lo que necesitan vivir una emoción constante, con actividades distintas, variadas, no muy largas y utilizando distintas metodologías y representaciones para así conseguir que nuestro trabajo tenga su fruto, para conseguir el respeto que la docencia se merece y para que esta sociedad sea mejor y más feliz. No es una tarea fácil lo sé pero nadie dijo que lo fuese, algunos docentes han hecho que se vea fácil a ojos de la sociedad pero la educación, la buena educación, es para los valientes.